¡Ya sé que las comparaciones son odiosas, pero después de haber estado 2 meses en Indonesia se me hace muy difícil no hacerlas! Aterrizar en Bangkok te hace sentir como tener un pie en Europa y otro en zona desconocida. Llegué a un aeropuerto grandioso y moderno, lleno de turistas, muchos de ellos hablando castellano, y las mujeres con la ropa mucho más corta que en Indonesia.
1. El transporte
¡Ah! Qué delicia ir por las carreteras y autopistas de 4 carriles sin oír las bocinas de coches y motos! En Tailandia la circulación es ordenada, silenciosa y rápida. ¡A veces tienes incluso cinturón de seguridad!
En Indonesia no sabes a qué hora sale el bus ni a qué hora llega. Entre Bukkitingui y Parapat, unos 500 km, me dijeron que tardaría 15 horas y tardé 22! El autobús, con una moto y unas cuantas gallinas a bordo, y que ya llevaba un día viajando desde Bengkulu, llegó a la hora, pero sólo salir paró una hora para comer en un ‘Warung’ (taberna). Después hubo paradas para visitar y charlar con conocidos, cena, desayuno, orar en la mezquita y esquivar los baches de la carretera. ¡Todo ello aderezado con que el autobús era con aire acondicionado y todo el mundo fumaba dentro!
Autobús de Bukkitingui! Olé, ni en España son tan folclóricos |
Autobús de Rayong a Surin, Tailandia |
¡En Tailandia, como curiosidad, me encontré un elefante en la parada del bus de Surin!
Buda iluminado |
Si en Indonesia eran básicamente musulmanes, con partes cristianas e hinduistas, en Tailandia son básicamente budistas con otras religiones minoritarias.
Algo que me sorprendió bastante es el hecho de que coman tanta carne: ya para el desayuno normalmente comen ‘noddles’ (fideos) o arroz con cerdo, vaca o pollo. Pensando en el budismo y considerando que se cree en la reencarnación, se me hizo un poco extraño. Me lo justificaron diciendo que los monjes no matan a los animales y que por tradición histórica, cuando iban a los pueblos a pedir comida debían comer lo que les dieran.
También sorprende la convivencia entre los templos budistas en todas partes y el consumismo más exacerbado, con gente comprando por todas partes y con móviles con internet manejando los dedos arriba y abajo, al menos en las ciudades.
En Indonesia hay un montón de bailes tradicionales en teatros y calles, y es muy divertido ver los vídeos dentro de las furgos en Sumatra, donde se ve chicas cantando y bailando con el micro en la mano y un puñado de chicos con gorra bailando rígidos a una distancia prudencial de la chica.
Pero en Tailandia los ganan, ya que parecen los brasileños de Asia: festivales por todas partes coreografías bien estructuradas que parecen fáciles de hacer, ¡pero si lo pruebas te haces un lío con las manos y los pies!
Estos estudiantes universitarios celebran el ‘lent’, una época de finales de julio donde los monjes se quedan en los monasterios para evitar pisar los campos de arroz recién sembrados en su recaptación de comida:
Foto histórica de los Mahouts en acción |
En Indonesia la comida es un poco picante, pero en Tailandia ganan con diferencia. Si inventaran una especialidad olímpica de ingesta de productos picantes, estoy convencido de que los tailandeses subirían al podio. ¡Suerte que llevaba un frasco con pastillas para la acidez de estómago!
En cuanto a los ingredientes, son bien parecidos: arroz y fideos, carne y frutas raras como el “rambután”, el “mangostán”, el “dragón fruto” y el “durian”. Sí que comen más mariscos, y un buen recurso es saber decir “Pad Thai” que son fideos con gambas y sepia, por si no entienden nada de inglés.
El rey de Tailandia es canonista |
Si en Indonesia la gente no tenía cámara de fotos, en Tailandia hacer fotos está a la orden del día.
Su rey, Bhumibol Adulyadej ó ภูมิพล อดุลย เดช, aparece en formato de póster por todas partes con una cámara colgada del cuello, siempre Canon, supongo que debe ser ‘canonista’ …
¡Incluso los monjes hacen fotos!
Monjes tomando fotos en el templo de Wat Prasat Phnom Rung |
En Indonesia las relaciones prematrimoniales no están consentidas, aunque algunos jóvenes en las ciudades se saltan esta norma. Las bodas entre gente de diferentes religiones no son legales y uno debe convertirse a la religión del otro antes de poderse casar. En Indonesia la homosexualidad está protegida por ley, pero no es muy visible.
En Tailandia todo parece muy moderno: está lleno de ‘Farang’ o occidentales casados con tailandesas, ya sea por amor o por conveniencia. Y la homosexualidad está mucho más aceptada.
Una de las cosas más interesantes es la presencia de Lady boys en la sociedad. Las lady boys son chicos que se sienten chicas y se visten y actúan como tal. No es algo marginal, ya que están presentes en grandes números en todos los estratos sociales: en los puestos en la calle, en la universidad, en la tele …
Tailandia también tiene un alto índice de occidentales que van allí por las operaciones de cambio de sexo o para operarse el cuerpo.
El indonesio es tan fácil y puedes aprender a decir tantas cosas en solo 2 meses, que hacen que el tailandés parezca muy difícil. En 20 días solo aprendí a decir los números hasta el 10, hola y adiós (sawatdii kap) y gracias (kopkun kap).
También hay que decir que aparte del Tailandés, hablan Khmer (idioma de Camboya y totalmente diferente), Laos (idioma de Laos y más parecido al Tailandés) y otros idiomas minoritarios.
El tailandés tiene tonos como el chino, y por lo tanto una palabra dicha con un tono u otro tienen un significado totalmente diferente. Si quieres practicar los tonos puedes pulsar este video de youtube. Al menos los verbos y la estructura de las frases son más simples, ya que no hay conjugaciones y la estructura es bastante fija.
Por otro lado, está el tema de la escritura: una serie de símbolos extraños donde las vocales son los palitos de arriba o las rayitas de abajo, ¡y no se entiende nada de nada! En un bar me trajeron el menú y tenía una pinta así:
Sawatdii Kap família!
Yep Yep Yep
p.d. más fotos de Tailandia en https://picasaweb.google.com/109101372812336982551/Tailandia
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