Desde Bali voy a la calurosa Yakarta, donde hago una escala de 6 horas antes de volar a Padang. Cambio de terminal y me siento casi como un extraterrestre: creo que soy el único “bulé” (extranjero) en toda la terminal, en medio de personas que no hablan una palabra de inglés y rodeado de mujeres con jilbab y hombres que fuman todo el tiempo! Una vez en Padang, la tónica continúa: no hay turistas por ninguna parte, me encanta!
Hago un recorrido por la ciudad y encuentro un mercado gigante donde venden de todo: pescado, utensilios, verduras, ropa… Hay opelets (mini buses) con música techno a todo volumen y chicas de 13 años con Jilbab que celebran la última clase del curso en KFC: no muy diferente de cuando íbamos al Pans&Company de la Plaza Urquinaona al final del curso!
Padang Girls

Chicas en Padang celebrando el fin del año escolar

De Padang a Talawi

Entro en una tienda para comprar bolígrafos y conozco a Rina, una mujer que habla un inglés fluido con acento americano. Inmediatamente me invita a su pueblo en Sawahlunto, a 3 horas en coche, para pasar unos días y visitar la escuela donde trabaja como profesora de inglés. ¿Por qué no?, me pregunto… Y un par de horas más tarde estoy en el coche con su marido Pony, su madre (Ibu), su hermana y una de sus hijas.

Después de una parada en la mezquita para la oración de la noche, continuamos el viaje por un camino lleno de baches y camiones que sueltan un humo negro y apestoso. Estoy muy contento cuando finalmente llegamos a su pueblo, Talawi!

Hombres rezando en la mezquita, Sumatra

Hombres rezando en la mezquita, Sumatra

El día siguiente es muy intenso: voy con ella a la escuela, donde tienen el último examen del curso. Recibo una avalancha de las preguntas habituales en Indonesia: de dónde soy, si estoy casado, si tengo hijos, cuántos años tengo… ¡Alucinan cuando tienes más de 25 años y no tienes familia!
Entro en una clase y me piden que explique “Matador” (es como llaman a Fernando Torres de la selección española) y me encuentro en medio de una clase explicando lo que es un Matador y una corrida de toros y que eso no es típico del lugar donde yo vivo.
profesora de inglés Rina
Rina en acción

Paso 3 días en el pueblo, charlando con Rina, que es la única que habla inglés, de cosas muy interesantes. Me explica que tenía un novio canadiense y no pudo casarse con él porque la madre no aprobó la boda y que en Indonesia dos personas de una religión diferente no se pueden casar.

También me dice que su marido es muy musulmán y que un día volvió a casa con la propuesta de casarse con otra mujer, y ella le dijo que adelante, pero que antes, se separase de ella. Gracias a los suegros, el marido cambió de opinión, y ahora está obsesionado con ir a Afganistán para luchar contra los estadounidenses.

Son parte de la cultura Minangkabau del oeste de Sumatra. Es una cultura matriarcal, donde las mujeres poseen tierra y controlan el tema económico. Jar, la madre de Rina, tiene un mini negocio de préstamos para la gente del pueblo y Rina es una mujer de negocios con planes de futuro y agrega a los niños de sus escuelas a Facebook para promover todo lo que vende en su papelería.
Los Minangkabau también tienen techos en forma de cuerno como referencia al búfalo de agua. En el oeste de Sumatra se come al estilo Padang: cuando entras en un bar te ponen todos los platos delante, vas cogiendo y luego pagas por lo que has comido!
Lontong Sumatra

Un buen desayuno: Lontong

El domingo vamos a dar un paseo y me invita a desayunar “Lontong”, un arroz compacto con curry y unas patatas rosas. En todas partes hay motos y coches con hombres que llevan perros y Rina me dice que muchos hombres salen a cazar jabalíes, y si los atrapan, son llevados en medio de un campo de fútbol donde liberan a los perros y apuestan a ver qué perro matará y devorará al cerdo más rápido.

A ella no le gusta nada esta actividad, debido a la crueldad involucrada, y a su marido menos, porque el perro es impuro según los musulmanes y después de tocar uno hay que lavarse las manos con tierra 7 veces antes de entrar en la mezquita!

Me despido de la familia muy contento de haberme hospedado, alimentado y explicado tantas cosas durante estos días. Estoy seguro de que si me quedo unos días más me convierten al islamismo y me encuentran una mujer musulmana!

Con Rina y su familia

Con Rina y su familia

Subir el volcán Kerinci (3805 metros)

Llegar a la zona de Kerinci (300 km al sur) es una aventura. Pregunto a diferentes personas a qué hora pasa el autobús (“Berapa Jam bis ke Kersik Tua”) y recibo 4 respuestas diferentes: “A las 2, a las 5, a las 7…”. Un día y medio después llego a Kersik Tua, un pueblo ruidoso con motocicletas tuneadas que no pasarían el control de ruido de la Guardia Urbana, rodeada de campos de té y verduras y el volcán Kerinci, de 3805 metros, cubierto por una nube. Mujeres y hombres con sombreros circulares y bien cubiertos de plásticos, para no rascarse la piel o quemarse, recogen las hojas más tiernas de las plantas de té y las colocan en un saco que llevan en la espalda.

Mujeres recogiendo té en Kersik Tua

Mujeres recogiendo té en Kersik Tua

Conozco a unos chicos que me invitan a ver el partido España-Croacia a las 2 de la mañana, pero el canal chino donde lo dan decide poner un serial y nos dedicamos a socializar. Estoy un par de días en la ciudad recuperándome de la fatiga mental de haber estado en Talawi, y una vez me aseguro de que los tigres viven en un lugar muy específico y aislado del parque natural, me organizo para subir el volcán Kerinci.
Chicos en Kerinci

Mis amigos en Kerinci

Le pido a Ukasi, la mujer del hostal, que me prepare unos paquetes con arroz y me cocine unas  bolas de patata (Perkedel Kentang) que están muy buenas… ¡A partir de ahora la considero la Ferran Adrià de Kersik Tua! Debe ser por su experiencia. Tiene 70 años, 9 hijos y 18 nietos, debe haber hecho muchísmos Perkedel Kentang a lo largo de su vida!

Es difícil encontrar el camino que sube al volcán, pero una vez lo encuentro, ¡sólo hay que seguir subiendo! El ascenso de 9 horas es magnífico, cruzando una densa selva con monos, ardillas y aves, llegando a una zona con arbustos y luego a una zona yerma con material volcánico rosa y olor a azufre. La puesta de sol es increíble, con los colores pastel del volcán y nubes espectaculares más abajo.

Foto del volcán Kerinci al atardecer

Foto del volcán Kerinci al atardecer

Nubes por la noche en el Volcán Kerinci

Nubes al atardecer en el Volcán Kerinci

Trato de prender un fuego a 3500 metros para calentar la cena, pero no hay manera, el encendedor no funciona. ¿Debe ser por falta de oxígeno? La verdad es que es la primera vez que estoy en un lugar donde no hay bombonas de gas y me dan ganas de comprar uno de esos hornillos que van con gasolina.

El día siguiente, temprano, subo a la cima, y admiro el impresionante cráter, con una nube de azufre que se eleva desde un lago verde en el fondo del cono. ¡Mágico!

El gas sube del Kerinci
Cumbre De Kerinci con una nube de gas volcánico
Cráter del volcán Kerinci

Cráter del volcán Kerinci

Una vez en Kersik Tua de nuevo, conozco unos indonesios de padres indios que están como una cabra y me hablan todo el tiempo en indonesio aunque yo siga diciendo “Saya Tidak mengerti” (No te entiendo). Después de hacer unas fotos tipo conjunto de rock, tomo el autobús nocturno que va a Bukkitingi esperando poder dormir después del largo día en la cima del volcán.

¡Qué iluso! ¡El mini-bus llega 2 horas tarde y con la música a todo volumen! Estoy en la parte trasera del bus y tengo un altavoz por encima de la oreja izquierda y otro de la derecha. El conductor pasa una bolsa de plástico anti-vomito hacia atrás diciendo “bulé” (turista).

Bukkitingi: flores gigantes, café Luwak y el volcán Marapi (2891 m)

Diez largas horas más tarde y habiendo dormido razonablemente bien, teniendo en cuenta las circunstancias, llego a Bukkitingi, un agradable pueblo turístico de indonesios y “bulés”, donde hay recogida de basuras y carros tirados por caballos que van arriba y abajo.

Aprovecho para conocer otros viajeros y hacer una excursión de 2 horas por la selva para ver la Raflesia, la flor más grande del mundo, que crece 15 km al noroeste en Palupuh. La flor, que tarda 1 año y medio en crecer y se abre durante 7 días, huele a jabalí. Puede llegar a medir un metro y medio, aunque la que vimos era más pequeña.

Rafflesia arnoldii

Rafflesia arnoldii

Al regresar al pueblo, nos invitaron a una casa donde bebimos un café Luwak, por $2, 4 veces el precio de un café normal. El café Luwak está hecho de heces de ‘civet cat’, gato salvaje. De las diferentes especies de gatos salvajes, eligen una especie que se alimenta básicamente de café silvestre y otras plantas, pero que es estrictamente vegetariano. Esto significa que sus heces no apestan. Y son precisamente las heces de estos gatos el ingrediente principal del café Luwak. 6 días secándose al sol y tostadas durante 1 hora con madera de árbol de Canela, se deja enfriar dos horas y, ¡voilá! Ya se puede disfrutar de un delicioso café Luwak, que dicen que es ideal para el cutis y el estómago!

La buena materia del cómodo Café Luwak

La buena materia del cómodo Café Luwak

Con otros viajeros, decidimos subir el volcán Marapi de 2891 metros. El cráter es tan increíble como el de Kerinci: cada pocas horas libera una nube de cenizas y todas las chimeneas laterales lanzaban nubes de gas al lado de un enorme cráter principal.

Volcán Merapi

Volcán Marapi (2891 m)

Una vez bajamos del volcán, decido coger mis cosas e ir a Padang de nuevo, para tomar un barco y visitar las tribus Mentawai de Siberut.

Saludos!

Yep yep Yep

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Mapa Oeste de Sumatra

Mapa de Sumatra Occidental